La Aromaterapia es el uso y la aplicación de los aceites
esenciales extraídos de las plantas.
El objetivo de la Aromaterapia es recuperar el equilibrio
del cuerpo y la mente, recuperar la belleza, el bienestar y la salud.
Los aceites esenciales, base de la aromaterapia, son
sustancias líquidas muy concentradas que se obtienen de la destilación de
flores, hojas, raíces, tallos, maderas… contienen gran variedad de componentes
químicos que les confieren sus propiedades cosméticas y terapéuticas.
Para los antiguos alquimistas los aceites esenciales eran el
“alma” de la planta de la que provenía, la quintaesencia de la flor, su parte
más luminosa y pura, su fuerza vital, su vibración.
Sea por vía cutánea o respiratoria los aceites esenciales
son absorbidos rápidamente hasta el torrente sanguineo donde serán repartidos
por todo el organismo.
Tienen un gran poder antiséptico, limpiando nuestro medio
interno y favoreciendo la detoxificación general de los tejidos corporales. Por
la energía vital que contienen nutren, regeneran y rejuvenecen nuestra piel,
nuestro cuerpo y nuestra mente.
Cada aceite esencial está ligado a la belleza y a la
vitalidad; su fuerza vital favorece los cambios físicos pero es el espíritu de
la planta lo que nos “toca el alma” y nos permite acceder a nuestra propia y
genuína belleza, escondida tras innumerables juicios y condicionamientos
mentales.
Como terapia vibracional la aromaterapia puede transformar
nuestras emociones, sentimientos, hábitos o creencias, equilibrando lo
negativo, lo que nos aleja de nuestra esencia, de la luz.
A través de los aceites esenciales integramos información
nueva y positiva, poco a poco, cómodamente, vamos deshaciendo el camino que nos
ha alejado de lo que somos para realizar la experiencia de integración, de “vuelta
a casa”.
La aromaterapia nos empuja a profundizar en nuestro Ser, en
su conocimiento, a sabernos bell@s y en consecuencia sabernos dign@s de ser
amad@s. Al abrirnos a la belleza de las plantas reconocemos la belleza de la
vida en su totalidad.